La importancia de cuidar a las personas en las organizaciones

Por Javier Ondarra
Coaching

Como muy bien dice Tom Peters:

la clave del éxito en las organizaciones es cuidar a las personas

En la escuela de Coaching en la que yo me formé, The Coaches Training Institute (CTI), partimos de una creencia. No es ciencia, pero es la base de nuestro trabajo: TODAS LAS PERSONAS SON COMPLETAS, CREATIVAS Y ESTAN LLENAS DE RECURSOS.
Cada persona es como una semilla de árbol: todo está dentro para que acabe siendo un árbol robusto y sano. Las personas son igual: se trata de sacar, descubrir, potenciar, creer en las personas, hacerles visibles.
La clave es creer en las personas y hacer que se desarrollen, que exploten.
Es como “soplar brasas”, con paciencia y tiempo. De ello habla un libro muy recomendable : “El arte de soplar brasas”, de Leonardo Wolk.
La fuerza de esta creencia es que si la otra persona es como una semilla de árbol, ya tiene todo dentro, no hay nada roto, yo no tengo que arreglar nada, y de esta manera yo no juzgo a la otra persona, sólo exploro, y le sirvo.

La Paradoja”, de James C. HunterPartiendo de esta creencia de mi escuela de Coaching se hace realmente fácil cuidar a las personas, ya que sólo se trata de facilitar su crecimiento. Y, ¿ cómo se hace esto ?
La respuesta viene a través de una sencilla metáfora, que es la de cuidar a las flores y plantas de un jardín. El líder tiene que ser como un buen jardinero que cuida y mima las flores y plantas de su jardín. De esto habla muy claramente el libro “La Paradoja”, de James C. Hunter, un libro de lectura obligada para todas las personas que quieran adentrarse en el camino del Liderazgo desde la Humildad.

En este camino, de lo que se trata es de poner en práctica unas cuantas habilidades para cuidar a las personas. En este post voy a hablar de 2 de ellas.
La primera, que yo llamo “la puerta de entrada”, es la PRESENCIA y ESCUCHA ACTIVA. Se trata de estar 100 % disponible para la otra persona. Tu presencia invoca la esencia de la otra persona. Es entonces cuando se tienen conversaciones transformadoras. La otra persona se siente escuchada de verdad. Para ello, tenemos que pasar de la escucha “modo 1”, que es la del “yo y yo y yo”, centrado en mis pensamientos, sin escuchar realmente a la otra persona, a la escucha “modo 2”, que es en la que estamos disponibles al 100 % para la otra persona, que lo nota. Recuerdo una frase de Ernest Hemingway que dice “se tarda 2 años en aprender a hablar y 60 en aprender a escuchar”. Tenemos 2 orejas y 1 boca por algo.
Hay un “modo 3” de escucha, que llamamos “escucha del pájaro”. Se trata de parar y percibir todo lo que hay en el entorno, lo que está pasando realmente en cada momento. Este nivel de escucha facilita el acceso a la propia intuición (nuestro sabio interno).

La segunda habilidad de la que voy a hablar hoy es la de utilizar las PREGUNTAS POTENTES o DE REFLEXIÓN. Las usamos para ayudar a las personas a ir donde ellas solas no han ido nunca.
Y salen de la creencia ya comentada en este post de que todas las personas son como una semilla de árbol (no tenemos que resolver a las personas, no están rotas, sino llenas de recursos). Y vienen desde la presencia y la escucha activa, estando presente y conectado con la otra persona, sintiéndolo, y desde la curiosidad, no desde la cabeza.

La clave es que las personas reciban impactos de las preguntas potentes. Lo que buscamos en las personas con las preguntas potentes es respuestas a preguntas como :
¿ quién eres ?, ¿qué es lo que te da realmente energía ?”. Lo que vemos en las personas cuando responden a estas preguntas potentes es lo que llamamos “resonar”. Es como el eco de las campanas de su interior hacia afuera.
¿ Qué es lo que resuena ? El “yo” verdadero, algo auténtico, la esencia, los valores auténticos, lo que le da energía positiva a cada uno.Y cuanto más conectada esté cada persona a esos valores, mejor le irá en la vida.

Lo importante es que las personas sientan de verdad las sensaciones, no sólo hablar de ello. Y como líderes tenemos que ser capaces de que las personas las sientan de verdad. Mi equipo de trabajo no tiene por qué gustarme, pero tengo que quererlos a todos, y eso depende de mí. Tenemos que conseguir que las personas de nuestros equipos lleguen a ser un 10.


 

¿ Cómo son las PREGUNTAS POTENTES ?

Son cortas y breves, menos de 7 palabras.
Son abiertas. No se responden con un sí o con un no.
Conectan con la emoción. Buscamos la resonancia.
Conectan con la esencia y los valores del cliente.
Invitan a la reflexión y al descubrimiento. No preguntamos lo que ya sabemos.
Empiezan con QUÉ, CÓMO, CUÁL, QUIÉN, DÓNDE, PARA QUÉ, …
Que No te den la solución.
Evitamos las preguntas que empiezan con ¿ POR QUE ?


Ya que le le llevan a la persona a justificaciones y excusas, le ponen a la defensiva, le llevan a la cabeza (a analizar) y le bajan la energía.
Antes de aprender a hacer preguntas potentes tenemos que desaprender, ser conscientes de nuestros hábitos, y evitar :

La pregunta ¿ Por qué ?
Dar consejos y/o soluciones.
Preguntas cerradas.

Con estas 2 habilidades fundamentales de la PRESENCIA y ACTIVA y las PREGUNTAS POTENTES o DE REFLEXION podemos empezar a cuidar a las personas en nuestras organizaciones.